miércoles, 14 de mayo de 2014

Ernesto Cardenal




Ileana: la Galaxia de Andrómeda...

Ileana: la Galaxia de Andrómeda,
a 700.000 años luz,
que se puede mirar a simple vista en una noche clara,
está más cerca que tú.
Otros ojos solitarios estarán mirándome desde Andrómeda
en la noche de ellos. Yo a ti no te veo.
Ileana: la distancia es tiempo, y el tiempo vuela.
A 200 millones de millas por hora el universo
se está expandiendo hacia la Nada.
Y tú estás lejos de mí como a millones de años.


Escucha mis palabras oh Señor (Salmo 5)

Escucha mis palabras oh Señor
                                                            Oye mis gemidos
Escucha mi protesta
Porque no eres tú un Dios amigo de los dictadores
ni partidario de su política
ni te influencia la propaganda
ni estás en sociedad con el gángster.

No existe sinceridad en sus discursos
ni en sus declaraciones de prensa

Hablan de paz en sus discursos
mientras aumentan su producción de guerra

Hablan de paz en las Conferencias de Paz
y en secreto se preparan para la guerra

                              Sus radios mentirosos rugen toda la noche

Sus escritorios están llenos de planes criminales
                                                                      y expedientes siniestros
Pero tú me salvarás de sus planes

Hablan con la boca de las ametralladoras
sus lenguas relucientes
                                            son las bayonetas...
Castígalos oh Dios
                                    malogra su política
confunde sus memorándums
                                                      impide sus programas

A la hora de la Sirena de Alarma
tú estarás conmigo
tú serás mi refugio el día de la Bomba

Al que no cree en la mentira de sus anuncios comerciales
ni en sus campañas publicitarias, ni en sus campañas políticas
                                                                      tú lo bendices
lo rodeas con tu amor
                                        como con tanques blindados.

Ernesto Cardenal

De estos cines, Claudia...

De estos cines, Claudia, de estas fiestas,
de estas carreras de caballos,
no quedará nada para la posteridad
sino los versos de Ernesto Cardenal para Claudia
(si acaso)
y el nombre de Claudia que yo puse en esos versos
y los de mis rivales, si es que yo decido rescatarlos
del olvido, y los incluyo también en mis
versos
para ridiculizarlos.

Desdoblamiento

Vamos a dividirnos
nos repartiremos como hojas de cuadernos
y nos reproduciremos como vegetales.

Nos miraremos desde afuera
desprendiendo un fuerte olor
a nosotros mismos.

Y hasta que cumplamos nuestro tiempo
estaremos merodeando frente a frente
si dirección ni protocolo.

Y finalmente
Vamos a darnos vuelta
el pellejo y las ideas
e incluso
transmitiremos desde lejos
nuestras expertas y duplicadas referencias.

El que tenga oídos que entienda.

Detrás del monasterio

Detrás del monasterio, junto al camino,
existe un cementerio de cosas gastadas,
en donde yacen el hierro sarroso, pedazos
de loza, tubos quebrados, alambres retorcidos,
cajetillas de cigarrillos vacías, aserrín
y cinc, plástico envejecido, llantas rotas,
esperando como nosotros la resurrección.