miércoles, 14 de mayo de 2014

Lolo Morales

DIOSA DEL AMOR
(Poema de Poeta Lolo Morales)

¡Oh diosa del amor!
¿Tengo que ponerte nombre?
¿Acaso un griego tiene que decirme que te llame Afrodita?
¿ O que un poeta latino tenga que decirme que te llame Venus?
!Bah! Te nombraré como quiera
porque tengo corazón.

Más el pensamiento infame que el podrido cuerpo soporta,
ese no puede amarte porque quiere eternidad,
yo quiero solo morir un día
pues ese es mi destino y mi ironía,
ese día quiero exhalar entre tus piernas deseosas
o entre tus brazos que quieren enrollarme

pensandola bien,
es mejor morir entre tus piernas...¡amor!,
agárrame fuerte
vámonos juntos esta vez!!!

Managua, 27 de Febrero de 2014


 POEMA A UNA DIOSA
(de Lolo Morales)

En el puerto encontré mi diosa,
roja flor que se abre esperando ser adorada,
pisando arena tibia en la playa arrabalera,
la muerte gime y ronda al marinero devoto,
que en un último tango busca enredar sus sueños rotos
entre las piernas largas de la danzarina roja,
la porteña diosa.

En el arrabal donde lágrimas rojas llora la navaja
inflamada de acero y celo
flota y danza como palmera disecada
un pedazo de ilusión amanezquera,
un fragmento de eternidad entre las sábanas,
en el sucio cuarto de un hotel arrabalero.

¡Ay amor mío!, no me dejes diosa mía,
que por adorarte a ti he matado,
no me importa irme al infierno,
la mazmorra infeliz ya no me quiere,

tanguear contigo un minuto,
hay más eternidad que cien años de paz
en la trinchera destrozada
de un feliz matrimonio burgués.

Faroles de ensueño tus ojos son,
que brillan diosa mía en mi querido arrabal,
cobíjame con tus pechos que de frío muero,
pon ardor a mis venas pa poder contigo tanguear,

Ven compañera de amoríos
en el oscuro callejón.
¡Ay, diosa mía!, flor de la armonía
déjame bailar contigo este tango
hasta saciarme de tu amor
y jadeante deje mi aliento liberar…

¡Ay, che diosa arrabalera!,
siempre te he adorado
como el porteño al tango adora,
déjame vivir este momento entre tus muslos,
porque prensado de amor quiero morir.

Managua, 27 de Febrero de 2014

 LA ÚLTIMA ODALISCA
(Del Poeta Lolo Morales)

Concubina exquisita en el jardín del fauno
fragancia lujuriosa de la lejana Turquía
como la gran odalisca de Ingres

La favorita en el harén del turco
que deshojó su clavel
y nunca más volvió
a revolotear sobre su fuente.

No picotea más el colibrí
en la exótica flor de su vergel
ni liba más el gorrión
fue en pos de una nueva miel.

Solo quedó aquella victoria lejana
una salmodia heroica de un regidor enamorado
que entabló feroz combate
en las lides del placer
con la flor más bella del palacio
la última odalisca en el serrallo del sultán.



 ANHELO DE UN FAUNO EN RETIRO

me gustan las tiernas patitas al aire
crujientes como pollo rostizado
doradas duras frescas

me gustan sin panza con el calzoncito repintado
repujado,
que usen hilo dental con derriere impecable
nalgas como melones

me gustan apretaditas
allí me siento a gusto

el color es lo de menos
me gustan altas chaparritas
flaquitas arqueadas como esas empanadas rellenas
de almíbar de coco untadas en mermelada de queso
bañadas en cerveza o champán

me fascina oler las flores cuando están tiernas
porque solo tiernas despiden fragancia
con sabor cocó chanel natural

me gusta jugar a las escondidas hasta que hierva la sangre
buscando la piedra filosofal de la eterna juventud
esa alquimia que entregan las almas encarnadas
en cuerpos que hablan con ojos iridiscentes

que con solo mirar hacen temblar rodillas
hasta explotar como un loco borracho de adrenalina
al más alto nivel como el pavorreal o el ave del paraíso
que cuando se suben sobre la hembra
se esponjan de orgullo

me gustan los pipianes en flor
solteras viudas abandonadas inocentes
chayotitos tiernos maltratadas
despreciadas desechadas ultrajadas
por machos celosos borrachos
acomplejados apaleadores de púberes
indefensas

me gustan los brazos forrados
con dulces tapices de mieles de algodón de azúcar
con la dureza del más dulce de los aceros achocolatados
en sus forros traseros como globos de titanio
con pezones erguidos tan duros tan altos
como los volcanes puntudos de mi tierra

me gustan con vestido apretadito
con faldas que vuelan como islas milenarias
cobijando columnas de mármol
de esas que sostienen los templos de las diosas griegas.

ya punzan doliendo las bolsas de arena líquida
blanca fecunda a punto de reventar
con solo sentirlas olerlas viéndolas así

me gustan las musas sazonas
que sean de esas les gusta gozar
con poemas que llegan al alma
versos besos caricias ternura sabiduría
paciencia experiencia
generosidad de un fauno en retiro

me encantan las ninfas que aman
el buen vino de cosechas antiguas
ron añejado de sesenta y cuantos años envejecido
con bouquet a coñac Napoleón
con olor a queso griego con sabor a caviar

me enloquecen las erinnias que adoran
a los poetas contemporáneos
que usan calzoncillos de hombre viejo
que saben amar
que saben cantar
les llegan al alma en primavera en invierno
en el tostado verano
en el blanco otoño

me encantan esas que saben cuidar la siesta
del mismo Dionisio

quisiera seguir anhelando esa emulsión estelar
del fulgor juvenil

primavera infinita que invita a la aventura
recorriendo la novedad
de un territorio inexplorado del amor