domingo, 8 de marzo de 2015

Inicio



"Su vida: Mostró inclinación por la poesía y la literatura en general. Pronto consiguió un empleo en la biblioteca nacional, lugar que aprovecho para leer a los clásicos y aprender francés con la lectura, publico “Azul” a partir de entonces se le conoció como fundador del modernismo. Viajo a España como delegado de nicaragua, transcurridos 6 años, volvió a Madrid, enviado por el diario La Nación. Después de ese segundo viaje a España, vivió permanentemente en Europa, Francia, España y sus raíces indígenas americanas influyeron en su obra.

Su Obra: La extensión y magnitud de la obra de Rubén Darío contiene todos los matices de la nueva estética. Sus primeros libros poéticos presentan una raíz romántica con notas de imaginación y fantasía. Fue Azul la obra que marco el comienzo de la nueva escuela poética.

La mezcla de lo europeo y lo americano se hace patente en su obra por un lado los motivos mitológicos, la exaltación de los placeres por otro sus inquietudes.

“Prosas Profanas” esta compuesto de composiciones como la celebre “Sonatina” o “El coloquio de los centauros” donde Darío expone su filosofía. La presencia de los cisnes, símbolo de la poesía, así como del erotismo".



A MARGARITA DEBAYLE
Margarita está linda la mar,
y el viento,
lleva esencia sutil de azahar;
yo siento
en el alma una alondra cantar;
tu acento:
Margarita, te voy a contar
un cuento:
Esto era un rey que tenía
un palacio de diamantes,
una tienda hecha de día
y un rebaño de elefantes,
un kiosko de malaquita,
un gran manto de tisú,
y una gentil princesita,
tan bonita,
Margarita,
tan bonita, como tú.
Una tarde, la princesa
vio una estrella aparecer;
la princesa era traviesa
y la quiso ir a coger.
La quería para hacerla
decorar un prendedor,
con un verso y una perla
y una pluma y una flor.
Las princesas primorosas
se parecen mucho a ti:
cortan lirios, cortan rosas,
cortan astros. Son así.
Pues se fue la niña bella,
bajo el cielo y sobre el mar,
a cortar la blanca estrella
que la hacía suspirar.
Y siguió camino arriba,
por la luna y más allá;
más lo malo es que ella iba
sin permiso de papá.
Cuando estuvo ya de vuelta
de los parques del Señor,
se miraba toda envuelta
en un dulce resplandor.
Y el rey dijo: —«¿Qué te has hecho?
te he buscado y no te hallé;
y ¿qué tienes en el pecho
que encendido se te ve?».
La princesa no mentía.
Y así, dijo la verdad:
—«Fui a cortar la estrella mía
a la azul inmensidad».
Y el rey clama: —«¿No te he dicho
que el azul no hay que cortar?.
¡Qué locura!, ¡Qué capricho!...
El Señor se va a enojar».
Y ella dice: —«No hubo intento;
yo me fui no sé por qué.
Por las olas por el viento
fui a la estrella y la corté».
Y el papá dice enojado:
—«Un castigo has de tener:
vuelve al cielo y lo robado
vas ahora a devolver».
La princesa se entristece
por su dulce flor de luz,
cuando entonces aparece
sonriendo el Buen Jesús.
Y así dice: —«En mis campiñas
esa rosa le ofrecí;
son mis flores de las niñas
que al soñar piensan en mí».
Viste el rey pompas brillantes,
y luego hace desfilar
cuatrocientos elefantes
a la orilla de la mar.
La princesita está bella,
pues ya tiene el prendedor
en que lucen, con la estrella,
verso, perla, pluma y flor.
          * * *
Margarita, está linda la mar,
y el viento
lleva esencia sutil de azahar:
tu aliento.
Ya que lejos de mí vas a estar,
guarda, niña, un gentil pensamiento
al que un día te quiso contar
un cuento.
[Bahía de Corinto (Nicaragua) 

ABROJOS - VII
Al oír sus razones
fueron para aquel necio
mis palabras, sangrientos bofetones;
mis ojos, puñaladas de desprecio.


RIMA - II
Amada, la noche llega;
las ramas que se columpian
hablan de las hojas secas
y de las flores difuntas.
Abre tus labios de ninfa,
dime en tu lengua de musa:
¿recuerdas la dulce historia
de las pasadas venturas?
¡Yo la recuerdo! La niña
de la cabellera bruna
está en la cita temblando
llena de amor y de angustia.
Los efluvios otoñales
van en el aura nocturna,
que hace estremecerse el nido
en que una tórtola arrulla.
Entre las ansias ardientes
y las caricias profundas,
ha sentido el galán celos
que el corazón le torturan.
Ella llora, él la maldice,
pero las bocas se juntan...
En tanto los aires vuelan
y los aromas ondulan;
se inclinan las ramas trémulas
y parece que murmuran
algo de las hojas secas
y de las flores difuntas.

 
CANCIÓN DE CARNAVAL


Le carnaval s'amuse!
Viens le chanter, ma Muse...
BANVILLE
Musa, la máscara apresta,
ensaya un aire jovial
y goza y ríe en la fiesta
    del Carnaval.
Ríe en la danza que gira,
muestra la pierna rosada,
y suene, como una lira,
    tu carcajada.
Para volar más ligera
ponte dos hojas de rosa,
como hace tu compañera
    la mariposa.
Y que en tu boca risueña,
que se une al alegre coro,
deje la abeja porteña
    su miel de oro.
Únete a la mascarada,
y mientras muequea un clown
con la faz pintarrajeada
    como Frank Brown;
mientras Arlequín revela
que al prisma sus tintes roba
y aparece Pulchinela
    con su joroba,
di a Colombina la bella
lo que de ella pienso yo,
y descorcha una botella
    para Pierrot.
Que él te cuente cómo rima
sus amores con la Luna
y te haga un poema en una
    pantomima.
Da al aire la serenata,
toca el auro bandolín,
lleva un látigo de plata
    para el spleen.
Sé lírica y sé bizarra;
con la cítara sé griega;
o gaucha, con la guitarra
    de Santos Vega.
Mueve tu espléndido torso
por las calles pintorescas,
y juega y adorna el Corso
    con rosas frescas.
De perlas riega un tesoro
de Andrade en el regio nido,
y en la hopalanda de Guido,
    polvo de oro.
Penas y duelos olvida,
canta deleites y amores;
busca la flor de las flores
    por Florida:
Con la armonía te encantas
de las rimas de cristal,
y deshojas a sus plantas,
    un madrigal.
Piruetea, baila, inspira
versos locos y joviales;
celebre la alegre lira
    los carnavales.
Sus gritos y sus canciones,
sus comparsas y sus trajes,
sus perlas, tintes y encajes
    y pompones.
Y lleve la rauda brisa,
sonora, argentina, fresca,
¡la victoria de tu risa
    funambulesca!


La cotona

 Eres madrugada primaveral


Eres madrugada primaveral
Tierno y fresco roció
Que exhala un aroma sensual.

Eres un pájaro en vuelo
Que en su desvelo jamás
Desata vendaval de llanto
Y me descubro y te pienso.

Eres la nodriza sombra
Donde duermo tranquila
En mis largos sueños
Y son ellos lúcidos tendiendo
A florecer en astrales
Primaveras.

Eres, eres, soy y soy
¿Cuánto quieres?, voy
Acercándome hoy
Callada, callada estoy
En mi remanso
Y  vuelo a sentir
Tu canto y tu brisa
Y cuando estremece mi alma
De ella sale una poetisa sonrisa.


Era un día de calor


Era un día el calor.
Era la sangre tropical
Que ardía desde la cabeza a los pies
Dejando el cuerpo aceitunado
Para acercarse a la hermosura de los océanos.

Ahora festejo, viejo reflejo
Cuerpo de trópico de hambre y sed
Que en un instante apaga la vejez.

¡Ay calor por eso te quiero más!

El envolvente fuego del amor
Con sus trémulas gotas de sudor que
Encadenadas a la tierra no
Confían en la fuerza del abanico.


 Cae una estrella del cielo

Del cielo cae una estrella
Para ti, amor
De ese reversible universo
Donde no cuenta la distancia
Ni las horas por donde andamos
Más que el amor que se mezcla
Con nuestro dolor y sus largos
Reveses.

Del cielo cae una estrella
Que se desliza en nuestras manos,
Encendida
Extraña
Murmurando
Palabras secretas,
Así cae,
Solo tú y yo la miramos.



La Cotona

Es una cotona de manta
Con un sombreo y un fusil
Quizás es un campesino orgulloso de su origen.
Es el sudor y llanto de tantos años
Que ha permanecido
Entre los surcos de maíz y la alborada.
Nace. Crece. Muere
Muere en la montaña.

En el rio se lava
En las piedras se seca
El hambre lo contempla
A veces la tortilla le da su vitalidad
Los frijoles su fuerte llamarada.

Y esa mujer cerca del fogón
Amamantando al hijo
Aun sonríe llena de esperanzas.

Ella seguirá lavándola en el rio,
 Él así se vestirá
Y tomará el fusil
Cuando sea necesario.
Ivette Mendoza
2015
Disfrute la coca cola


 
Tomaba Coca Cola como un condenado
Glup glup le pasaba por la garganta
Aquello que iba a ser su diabetes.
Entonces le dije –Se te va hacer melcocha
La sangre y se enojó-
Mi otro vecino es mecánico y afloja los tornillos
De los carros con Coca Cola.
-A ti ya se te aflojaron hace mucho tiempo-
Bueno cuando la quirina te lleve que te
Entierren parado por inteligente.
¡Muera como el Caupolicán, en su estaca!
Me miró fijamente y me retorció los ojos
No quería creer lo que le decía.
Y yo como una buena amiga le serví
En un vaso con hielo su próxima Coca Cola
Siempre somos amigos.

Ser fuego

Un ser fuego como tú.
Dios de un relámpago
Con el alma luz
Con la mirada fija
Y el corazón tierno que
A la medianoche:
Nunca dice adiós
Ni se niega a la pasión.
No a la bravura de una espina
Que en la sangre pude ser necia
Pero en carne y fuego, disfruta.
Me refugio en la oleada de amores
Que deja la frescura de tus besos
Y con el anhelo y la confianza
Se afianza.
Un ser fuego como tu
Ilumina la travesía del mañana
Y es la dicha de mis días
Junto al brillar de los albores.
Ivette Mendoza
2015


Rugidos del tiempo y del mar

Rugidos del tiempo y del mar
El viento tirita despierto
Y su sombra se deja abrazar.

En el horizonte infinito
Hay más flores que hiedras
Y en la cima del suspiro
Deletrean mi nombre,
El viento tirita despierto
En una danza desnuda y
Sedienta,
Y revive en el corazón de las
Piedras.

Rugidos del tiempo y del mar
El viento tirita despierto
Y quiere cantar
Con sus ojos de fuego
Con su liviana sonrisa
Y nada que lo haga pensar.
Ivette Mendoza
2015

Amargo jugo de limón


Amargo jugo de limón
Que al rubricar penas
Dejan caer lágrimas
Y sienten miedo,
Son noches frías
Que se apoderan de mí,
Como el humo que asfixia
La garganta.
Soy árbol sin fruto,
Fruto que enferma
En el valle oscuro.
La verdad que no es sueño,
Es la mera realidad,
Caen las hojas marchitas
Como gotas de lluvia,
Pero no pienso quedarme
En su aguas ilusas.
El conteo de hoy
Empieza de nuevo
En la humilde florecilla.

Ivette Mendoza
2015
El velo de la novia 

Un largo cabello delicado y suelto
Manto de la humedad y la montaña
Cascada de agua, velo de la novia.
Se rebalsa la noche en sus manos.
¡Te quiero agua, dadle a beber al corazón!
Se alegran los pinares, verde amanecer.
Un pájaro canta, se alegran los pinares.
La mañana es gala, es brillo, es fiel,
Un beso en el aire,
Un sol que ha de soñar.
Hoy enamorada de ti
Mil cosas  que he de recordar,

Ese velo de la novia.

Ivette Mendoza

2015

El pan


La mano dadivosa
Dadivosa sin descanso
Que la muerden
Y sigue dando tanto.

A lo bueno un zarpazo
Y a lo que mata bienvenido
Con un beso y un abrazo.

Dar el pan en gran pedazo,
Se da y no terminas
Y cuando crees terminar
En la cara el puñetazo.

Se quema el pan en el horno
Mejor que se queme
Así nadie lo ha de saborear
Lo mismo da grande o en pedacitos
Lo mismo da feo o sabrosito
Hay que enseñar a sembrar el trigo
Y ser un buen panadero.
Ivette Mendoza
2015