Leonel Calderón

Poeta, nació en Jinotepe el 26 de agosto de 1942. Comenzó a colaborar, desde los años 60, en los suplementos La Prensa Literaria y Novedades Cultural, como también en las revistas Presencia, Cid, Ecos Universitarios, El Profesional, El Pez y la Serpiente —de Nicaragua— y en la del Fondo de Cultura Económica de México.
Impartió clases de Letras y Ciencias Sociales en secundaria y cursos de Literatura en la UNAN de Jinotepe. Ha dirigido programas de radio en la misma ciudad.
Ha sido traducido al alemán, aunque la mayor parte de su obra yace inédita.

LA AMADA
 
I
Como perfume de nardos
así es el perfume que exhala mi amada,
mi amada que tiene la cadencia de una palmera
mecida por el viento del desierto,
la altivez de un minarete,
y en sus labios la dulzura
de los viñedos en flor.
 
II
A veces mi amada corre por los montes
con la gracia de una gacela nerviosa,
pero otras veces tiene en sus grandes ojos negros
la lánguida tristeza de un triste atardecer
la tristeza de una camella enferma y solitaria.
 
III
¡Pero de cualquier manera yo la amo!
ella me gusta cuando esconde con el velo
el exótico misterio de su rostro,
cuando danza sensual y cadenciosa
al dulce son de la cítara y de la flauta,
cuando canta con su voz enamorada,
cuando corre veloz por el desierto
en su brioso caballo enjaezado,
y cuando recita casi en éxtasis
las páginas sagradas del Corán.
 
IV
Ella me gusta
cuando me lee en los atardeceres
a Hafiz el místico poeta
y las Rubayats de Omar Khayyan,
cuando me lee a Gibrán el dulce sensitivo
y al Ibn Abbad y sus versos de santo iluminado;
cuando me lee a Halaluddin, a Nuri, a Rakkan y a Niffari
los sulffies ascetas
los místicos amantes
los siempre enamorados del Señor.