Literatura Española

Literatura Española


España es rica en escritores, poetas y dramaturgos con talento… haznos caso, la lista es larga. Uno de esos maestros de la literatura es Miguel de Cervantes, creador del legendario Don Quijote, que ha sido usado en todos los aspectos de la cultura española. Lope de Vega es otro ejemplo de un maestro del Barroco.
La poesía es una fuerza poderosa en España, con muchos ejemplos que justifican esta afirmación. Qué mejor ejemplo que la Generación del 27, en la que se incluye la exquisita obra de Federico García Lorca, que había sido compañero de residencia universitaria de los genios surrealistas Salvador Dalí y Luis Buñuel. Si la Generación del 27 no te convence, ¿qué tal la Generación del 98? Ya seas un apasionado especialista de la palabra escrita o un visitante de paso, seguro que hay algo que encienda tu creatividad en esta sección de Literatura Española.

Historia de la Literatura Española

La historia de la Literatura Española se remonta a siglos atrás, y es evidente que a lo largo de este tiempo la literatura española no sólo ha sido influida por los eventos que ocurrían dentro de España y a lo largo del mundo, sino que también ella ha influido en el mundo. España ha producido escritores fantásticos en todos los géneros, muchos de los cuales han jugado un papel decisivo en el desarrollo de alguno de los más importantes movimientos literarios. Así que por qué no seguir leyendo y aprender más cosas sobre la historia de la Literatura Española.

Literatura española temprana

Una de las historias más antiguas de España es la de El Cid, original del siglo XII, una narración épica transmitida de generación en generación por la tradición oral. Las primeras obras escritas, sin embargo, aparecieron en el siglo XIII, cuando la literatura comenzó a cultivarse en todos sus géneros: teatro, poesía y prosa. Sin embargo, el gran florecimiento de la Literatura Española llegó con el Renacimiento, cuando hubo una fuerte influencia italiana en España. Muchos de los trabajos producidos durante este periodo, por lo tanto, tenían también un fuerte tono religioso, como las obras de Fray Luis de León o San Juan de la Cruz.

Literatura del Barroco y la Ilustración

Una de las épocas más importantes para España fue el Siglo de Oro, en el que la literatura barroca se puso de moda. Durante este tiempo, incontables obras literarias fueron producidas, entre las que se encuentra el archifamoso Don Quijote de Miguel de Cervantes. Este libro suele considerarse la cima de la Literatura Española. Sin embargo, también debemos recordar a otros autores, como el dramaturgo Lope de Vega y el poeta Quevedo, que también se encontraban escribiendo durante este periodo.
Tras el periodo Barroco, la Ilustración representó un cambio en la vieja idea de autoridad, así como una liberación de la valuación de sentimientos y emociones, prefiriendo valorar la razón. Durante este periodo, la prosa y el ensayo fueron los géneros más practicados, pues la poesía se veía como algo anticuado.

Literatura Romántica y Realista

Sin embargo, todo este furor racional y lógico no podía durar, y la literatura de la Ilustración fue rápidamente eclipsada por el Romanticismo, que tenía preferencia por sentimientos y emociones. La literatura romántica era libre, y no jugaba con las mismas reglas que habían gobernado los anteriores movimientos literarios. Sin embargo, con el tiempo los escritores se aburrieron de este movimiento, y se inclinaron por un enfoque más realista; de ahí el nacimiento del Realismo en la Literatura Española. La literatura realista estaba diseñada para pintar un retrato exacto de la sociedad, y evitaba el estilo exageradamente imaginativo del Romanticismo.

Literatura Moderna

Los siglos XX y XXI han sido un gran momento de cambio para España, aunque la literatura española se desarrolló mucho menos. No hay grandes movimientos durante estos años, pues cada escritor trataba de encontrar su propio estilo individual. La Guerra Civil Española y la dictadura de Franco dieron lugar a varias generaciones de escritores – Generación del 98, Generación del 14, y Generación del 27- que ayudaron a desarrollar la literatura española. La censura era una de las presiones más grandes de la literatura española en tiempos de Franco, lo que hizo que los escritores tuvieran que ser mucho más astutos y sutiles para expresar sus verdaderos sentimientos.
En el presente, la Literatura Española ha visto pocos movimientos literarios nuevos. Muchos de los autores más jóvenes escogen escribir en un estilo muy realista, comentando y criticando la sociedad moderna en la que viven. Sin embargo, con el avance de la globalización muchos escritores españoles han conseguido que sus obras sean leídas por audiencias internacionales, por lo que algunos de estos autores españoles han entrado en las listas de los mejores autores del mundo.

Miguel de Cervantes

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Miguel de Cervantes es conocido en España y en el mundo por su contribución al idioma español a través de su escritura. De hecho, muchos se refieren al español como “la lengua de Cervantes”. Poeta, escritor y dramaturgo, Cervantes tenía un talento y habilidades palpables en su obra. Por supuesto, su obra más famosa es la épica Don Quijote, pero también escribió un buen número de grandes obras, incluyendo poemas y obras de teatro.

Biografía de Miguel de Cervantes

Miguel de Cervantes nació en 1547, aunque su fecha de nacimiento es desconocida. Muchos creen que debió nacer el 29 de septiembre, pues es el día de San Miguel, y las madres española solían nombrar a sus hijos con el nombre del santo del día de su nacimiento.
En 1569 se trasladó a Castilla, donde pasó alguno de sus años jóvenes como ayudante de cámara de un cura. El cura fue ascendido y nombrado cardenal, pero después de que Cervantes se enrolase en un regimiento de infantería de la Armada española, la Infantería de Marina, estacionada en la ciudad italiana de Nápoles. Se quedó en la ciudad hasta 1571, cuando finalmente sirvió en las fuerzas armadas a bordo del Marquesa. Durante la Batalla de Lepanto, Cervantes fue disparado en el brazo izquierdo, que le fue amputado, lo que le valió el sobrenombre de ‘El manco de Lepanto’.
Continuó sirviendo en el ejército hasta 1575. En ese año fue capturado por unos corsarios argelinos en su camino de vuelta a España, y hecho rehén. Fue llevado a Argelia donde fue esclavizado durante 5 años, incapaz de escapar a pesar de sus numerosos intentos. Afortunadamente, sus padres consiguieron juntar suficiente dinero para pagar el rescate -ayudados por la orden de los Trinitarios-, y consiguieron liberarle. Una vez libre, Miguel de Cervantes volvió a Madrid y comenzó a viajar y trabajar, intentando ayudar a su familia a pagar las deudas que habían contraído intentando liberarle.
Su primera obra importante fue una novela pastoral llamada La Galatea, publicada en 1585. Miguel de Cervantes se mudó a Sevilla, donde trabajó para distintas personas en distintos oficios, entre ellos el de recaudador de deudas e impuestos para un banco. Sin embargo, el banco le acusó más adelante de haber robado algún dinero, y fue encarcelado en 1597. En prisión, Cervantes comienza a trabajar en El Quijote, cuya primera parte fue publicada en 1605 y fue un enorme éxito en Madrid. La segunda parte de la historia épica se publicó en 1615.
Miguel de Cervantes murió sólo unos meses después de la publicación de la segunda parte de El Quijote, en abril de 1616. Nunca llegó a ver cómo su obra se convertía en una de las obras más importantes en la historia de la literatura española. Fue enterrado en el convento de las monjas trinitarias por petición suya. Sin embargo, tras el traslado de las monjas, la ubicación actual de sus restos es desconocida.

Don Quijote

Don Quijote cuenta la historia de un hombre de La Mancha algo alocado que está convencido de ser un caballero y viaja por todo el país combatiendo enemigos con su compañero, el simplón Sancho Panza. Hoy en día ambas partes de la novela se publican juntas, para que el desarrollo de la historia -y de la locura de Don Quijote- fluya mejor. La obra suele considerarse como una gran sátira de las novelas de caballería tan de moda en la época. Pero también es una historia que trata la condición humana de una forma sensible.
Miguel de Cervantes era un perfeccionista, a juzgar por su obra maestra, Don Quijote, pues diseñó más de trescientas imágenes para el personaje. Sin embargo, hay una serie de incongruencias entre ambos libros, que reconoció pero nunca corrigió. Hoy en día, esta obra literaria está considerada como la precursora de la narrativa romance o la novela, así como la base para muchas novelas cómicas.

Las mejores obras de Cervantes

  • Don Quixote
  • La Galatea
  • Novelas ejemplares
  • Los trabajos de Persiles y Sigismunda
  • El Amante Liberal
  • Rinconete y Cortadillo
  • La Española Inglesa
  • El Licenciado Vidriera

Federico García Lorca

Federico Garcia Lorca
Federico García Lorca fue un reconocido y respetado poeta, escritor y dramaturgo, y uno de los miembros principales de la llamada Generación del 27. Su obra se ha convertido en un punto de referencia para muchos poetas y escritores contemporáneos, y su memoria perdura a través de las generaciones.

Biografía de Federico García Lorca

Nacido en 1898, su vida fue cruelmente corta, ya que durante los primeros días de la Guerra Civil española fue secuestrado y asesinado por fuerzas nacionalistas. Siempre estuvo en conflicto con su talento y con estar en el foco de atención del público, y sus asuntos personales le causaron gran angustia e incluso depresión, especialmente en lo relacionado con sus tendencias homosexuales en un periodo muy intolerante. Desde una edad muy temprana, alrededor de los 2 años, Federico García Lorca demostró que podía aprender canciones populares con una gran facilidad. No pudo andar hasta los 4 años, ya que sufrió una enfermedad. De niño leyó las obras literarias de los grandes maestros como Cervantes y Víctor Hugo, pero no era un estudiante modelo. En sus años jóvenes estudió Derecho en la Universidad de Granada, aunque nunca lo disfrutó, y más adelante se centró en sus producciones teatrales. La madre de Lorca siempre fue un gran apoyo y estímulo de sus aficiones literarias, y en 1917 publicó su primer artículo sobre Zorrilla.
Trabó amistad con Salvador Dalí y Luis Buñuel, amos influyentes artistas surrealistas, y que tendrían un poderoso impacto en su obra y vida personal. Estrenó su primera producción, llamada El maleficio de la mariposa, que fue suspendida tras cuatro días de función por los pobres resultados de público. La trama se centra en la historia de amor de una cucaracha y una mariposa, y hubo varios que mostraron un gran escepticismo respecto de su calidad. Tras esto, se implicaría por completo en el movimiento vanguardista, reflejándolo en algunos de los textos de Canciones y Romancero gitano en 1928. Lorca tuvo una relación sentimental con Dalí entre 1925 y 1928, a pesar de que pasó una terrible depresión al verse enfrentado con la aceptación de su homosexualidad.
Poco después sentirá una verdadera alienación por parte de sus amigos cuando Dalí y Buñuel crearon su famosa película de 16 minutos Un perro andaluz. Lorca se lo tomó como algo personal, y su relación con Dalí terminó abruptamente, tras lo que su familia le enviaría a los EE.UU. García Lorca estudió en Nueva York y más adelante crearía la obra El público. Una de sus obras más famosas es Bodas de sangre, que escribió en 1933. Por desgracia, su trabajo no estaría disponible en España, e incluso las versiones censuradas no estuvieron a disposición del público hasta 1953, debido al control ejercido por el dictador Francisco Franco, quien no apreciaba en absoluto su labor literaria. Como mencionamos más arriba, fue asesinado en los primeros momentos de la Guerra Civil, aunque sus restos aún no se han encontrado a pesar de las excavaciones que se están llevando a cabo a tal fin. Está considerado uno de los más grandes escritores españoles desde entonces. Hay numerosos monumentos y memoriales dispersos por España que celebran y conmemoran a Lorca, como por ejemplo su estatua de la Plaza de Santa Ana de Madrid.

Estilo

Federico García Lorca tenía un extraño estilo al escribir, en el que le gustaba utilizar varios símbolos para comunicar los mensajes detrás de sus obras. Muchos de los símbolos que utilizaba tenían relación con el tema de la muerte, aunque los símbolos y su significado podían variar de una obra a otra. Le gustaba particularmente usar la metáfora como una poderosa herramienta literaria. De todas formas, le gustaba usar metáforas cuyo significado literal y metafórico estuvieran a años luz de distancia, lo que las hace muy difíciles de entender.
Lorca era un experimentado escritor y podía adaptarse con facilidad a nuevas tendencias o movimientos literarios, aunque prefería incluir en su trabajo elementos tradicionales que representan su vasta herencia literaria y cultura popular. Estos elementos tradicionales no consisten, sin embargo, en formas literarias tradicionales o clásicas, sino en los aspectos tradicionales de la vida, la gente y el país en el que había vivido. Por ejemplo, la música y las canciones populares solían aparecer en su poesía. La zona del sur de España y Granada también tuvo un fuerte impacto en su obra, con fuertes influencias de la cultura morisca, el folclore oriental y el terreno mellado y salvaje de esa tierra.
Algunas de sus mejoras obras son:
  • Bodas de sangre
  • Comedia sin Titulo
  • Amor de don Perlimplín con Belisa en su jardín
  • Los títeres de Cachiporra
  • La casa de Bernarda Alba

Lope de Vega

Lope de Vega
Lope de Vega está considerado como uno de los más grandes escritores españoles de la historia, sólo superado por Cervantes. Fue un prolífico poeta, novelista y dramaturgo que produjo miles de obras y es famoso por revolucionar el teatro español del siglo XVII, apartándolo de las estrictas reglas que gobernaron el género en épocas anteriores.

Biografía de Lope de Vega

Nacido en 1562 en Madrid en una familia humilde, mostró ser una gran promesa desde una edad muy temprana. A los cinco años llamó la atención por sus avanzadas habilidades, como por ejemplo ser capaz de leer y hablar tanto español como latín. A los diez años traducía versos en latí y a los 12 ya había compuesto su primera obra de teatro. Cuando Lope de Vega tenía 14 años ingresó en el Colegio Imperial, donde su talento fue percibido por un cura, que creyó que las habilidades del joven Lope eran demasiado buenas como para entrar en la Universidad de Alcalá. En ese momento casi ingresa en el sacerdocio, pero el celibato que llevaba impuesto no era de su agrado.
Su historial amoroso comenzó con Elena Osorio, aunque durante su relación ella decidió irse con otro hombre. Como es natural, este fue un acontecimiento muy traumático en la vida de Lope, y se tuvo que exiliar durante ocho años debido a los ataques sobre ella y su familia. Durante este tiempo se alistó en la Armada Española y se casó. El buque al que le asignaron estaba destinado en la Armada Española, y Lope de Vega tuvo mucha suerte de que fuera uno de los que regresó del desastre bélico que sufrió dicha Armada. Tras esto pasó unos años viviendo en Valencia, recomenzando su carrera literaria. Después se dirigió a Toledo, donde le habían ofrecido un trabajo como secretario del Duque de Alba. Durante este periodo escribió varios sonetos, aunque sus mejores obras llegarían en los primeros años del siglo XVII.
En sus últimos años, su obra tomó un tono mucho más religioso, y en 1614 fue ordenado sacerdote. Sin embargo, su inclinación y deseo por las mujeres permaneció, y se cree que se le proporcionaban chicas con el fin de mantenerle tranquilo y trabajando como secretario del Duque. Bastantes tragedias ocurrieron en la vida de Lope de Vega, principalmente la muerte de su hijo Lope, y el secuestro de su hija Antonia. Lope de Vega enfermó y se quedó postrado en la cama hasta su muerte en 1635 de escarlatina.

Estilo y obra

Como dijimos anteriormente, Lope de Vega escribió una cantidad enorme de obras literarias, entre las que se cuentan 3000 sonetos, 1900 obras de teatro, cientos de comedias, y un gran número de poemas, novelas y relatos. Fue criticado por preferir la cantidad a la calidad, pero entre los miles de obras hay unas 80 que destacan como obras maestras de la literatura. Sin embargo, en cuanto a temas y géneros literarios, Lope tenía su particular estilo de escritura.
Una de las principales características de la obra de Lope de Vega es el hecho de que todo acontece alrededor de la trama. En muchos casos, toma prestados elementos de la Historia de España por encima de otros temas. Sus obras de teatro más famosas se encuadran en el género de ‘capa y espada’, en el que la historia siempre trata de un amor que se complica con diversos asuntos, como el honor de la baja nobleza en España. Su objetivo principal era entretener a la audiencia, lo que da fe del tiempo en que vivió, cuando el teatro se estaba convirtiendo en un gran entretenimiento para las masas.
Fue su deseo de agradar al público lo que guió a Lope de Vega, y lo que le condujo a escribir dramas en particular. También utilizaba un gran número de referencias en sus escenas dramáticas, como la Biblia, mitología antigua, santos, historia antigua de España, leyendas medievales, obras de autores italianos, hechos de actualidad, y la vida cotidiana en España en el siglo XVII. También desarrolló sus personajes mucho más extensamente que otros autores anteriores.

Algunas de sus mejores obras son:

  • El Acero de Madrid
  • El Perro del Hortelano
  • El Anzuelo de Fenisa
  • La Circe
  • Rimas
  • La Filomena
  • La Gatomaquia



Luis de Góngora

Luis de Gongora
Luis de Góngora fue un poeta barroco español que estuvo activo en los siglos XVI y XVII. Su trabajo se encuadra normalmente en el Culteranismo, que usa metáforas cultas en la escritura para añadir sustancia al texto e intrigar al lector. Esta corriente estaba reñida con el Conceptismo, un estilo utilizado por su rival Francisco de Quevedo.

Biografía de Luis de Góngora

Luis de Góngora nació en Córdoba en 1561 en una familia bastante acomodada; su padre era un juez de buena familia y su madre también venía de una casa con posibles. Escogió el apellido de su madre para poder poner de manifiesto su “sangre cristiana pura”, que era un tema en boga en la época, y que significaba que podía acceder a una educación superior. A la temprana edad de 15 años estaba preparado para estudiar Derecho en la Universidad de Salamanca. Su primer reconocimiento literario vino de la mano del brillante escritor Miguel de Cervantes, autor de El Quijote. Cervantes apreció la obra de Góngora ya en 1585, escribiendo sobre él en su obra La Galatea.
En 1605 Góngora fue ordenado sacerdote, tras lo cual pasó un breve periodo como capellán del rey Felipe III. Decir que tuvo algún malentendido con su rival Quevedo se queda bastante corto, pues ambos se dedicaron a acusarse mutuamente durante toda su vida, incluso llegando al extremo de que Quevedo comprase la casa donde vivía Góngora sólo para que le echasen de ella. Hulega decir que no había mucho amor entre ambos, y lo único que consiguió acabar con esta rivalidad fue la muerte de Góngora en 1627 en su ciudad natal de Córdoba.
Góngora no tuvo siempre la sensación de madurez durante sus años jóvenes como sacerdote que sí encontraría en su vida adulta. Por el contrario, se dejaba llevar por los encantos del juego y pronto se dio cuenta de que estaba afectando a su trabajo de una manera muy significativa. Otro hito importante de Góngora fue su papel indirecto en la formación de la ‘Generación del 27′, un grupo de poetas y escritores vanguardistas que crearon una serie de obras excelentes que siguen siendo muy reconocidas e influyentes.

Estilo y obras

Como mencionamos anteriormente, Luis de Góngora fue uno de los principales autores españoles que cultivaron el género del Culteranismo, un estilo opuesto al Conceptismo; tanto es así que aquella corriente se llamó también Gongorismo en honor al autor. Culteranismo es un término que surge de la unión de las palabras culto y Luteranismo, y se usó habitualmente por los opositores a este movimiento para declararlo una herejía contra la forma verdadera de la poesía. El propósito básico de este estilo literario era tratar de usar una cantidad inapropiada de palabras para expresar algo de poca o ninguna importancia.
Góngora era un gran aficionado a las palabras y a jugar con ellas. Estaba particularmente interesado en crear neologismos con elementos del latín y el griego. Su rival, Quevedo, solía ridiculizar esas palabras, incluso publicando una lista de ellas en uno de sus sonetos. Sin embargo, su contribución al español no debe olvidarse, pues ayudó a mantener con vida una serie de palabras que estaban cayendo en desuso al incluirlas en varias de sus obras, haciéndolas populares de nuevo. Entre las palabras que aún hoy se usan es español gracias a Góngora están adolescente, brillante, joven y fragmento. También gustaba de usar el hipérbaton en su poesía, que consistía en romper el ritmo sintáctico de un verso para destacar uno de sus elementos.
Góngora es sin duda uno de los escritores españoles más famosos, y suele considerársele un genio indisputable que era altamente literario en todas las formas de la cultura, y que ayudó a enriquecer el idioma español con sus obras. Su obra incluso consiguió cruzar el charco -una hazaña importante en esos días- y era reconocida por gente como el autor Juan de Espinosa Medrano en Perú en el siglo XVII.

Algunas de sus obras son:

  • De un Caminante Enfermo que se Enamoro Donde fue Hospedado
  • De la Brevedad Engañosa de la Vida
  • A Júpiter
  • A Don Francisco de Quevedo
  • Señora Doña Puente Segoviana

Antonio Machado

Antonio Machado
Una de las figuras más emblemáticas de principios del siglo XX, Antonio Machado fue un poeta español nacido en Sevilla en 1875, cuyo trabajo situó entre los escalones más altos de escritura creativa en un tiempo en el que los avances fuera de España condicionaban en gran medida el estilo de vida e, incluso, la atmósfera reinante en el país. Nacido en una familia intelectual y con una posición acomodada, Antonio fue uno de cinco hermanos, y mientras permanece hoy como el más famoso de los poetas Machado, su hermano, Manuel, fue un escritor de similares habilidades.
La herencia andaluza de la familia Machado desempeñaría un papel fundamental en el desarrollo de la carrera tanto de Antonio como de Manuel. Sin embargo, fue igualmente importante -y a menudo subestimado- el traslado de la familia a Madrid cuando ambos eran apenas unos párvulos. Como consecuencia, los Machado crecieron en el ambiente cosmopolita de la capital del reino, donde tuvieron la oportunidad de codearse desde temprana edad con las figuras más preeminentes de la intelectualidad española, como Ramón del Valle-Inclán, Pío Baroja y Juan Ramón Jiménez.
Igualmente edificante, y la influencia decisiva en la construcción del mundo emocional e intelectual de Antonio Machado, fue su conexión con París, la gran capital de la creación artística en Occidente en aquel momento. Entre 1899 y 1903, Machado pasó largos periodos de tiempo en París trabajando como traductor para la editorial Garnier, y familiarizándose con las vanguardias del pensamiento en la civilización occidental; por ejemplo, asistiendo a charlas del filósofo francés Henri Bergson, o descubriendo las más actuales tendencias modernistas a través de Rubén Darío.

Genración del ’98

El final del siglo XIX significó un punto de inflexión en la historia del Imperio Español, marcando su extinción casi completa tras una larga crisis que afectó mucho más profundamente que a la mera extensión de sus fronteras territoriales. Sumida en una prolongada guerra civil que tomó la forma de diversos conflictos, España llegó al final del siglo XIX en un estado de quasi-agotamiento. Políticamente, el país había vivido décadas de caos tras la Revolución Gloriosa de 1868, que consiguió expulsar a la Reina Isabel II.
Económicamente, la nación había sufrido muchísimo, como resultado de los constantes conflictos armados entre liberales y conservadores, Carlistas y republicanos. Más aún, los efectos de la crisis política económica podían sentirse claramente en las estructuras sociales que velaban por la integración social. Estas circunstancias precarias creaban un fuerte contraste con la visión oficialista de la situación, que se aferraba obstinadamente a un discurso grandioso de amplia influencia e importancia geopolítica que finalmente colapsaría con la derrota categórica en la Guerra de Independencia Cubana, que desembocó en la guerra Hispano-Estadounidense de 1898 y supuso el ocaso del Imperio Español.
Confrontados con las contradicciones en la realidad que se vivía en España en el momento, la elite intelectual del país buscó nuevas maneras de reivindicar la verdadera esencia, por decirlo así, de la condición española, lejos del espejismo de grandeza que aún impregnaba el discurso dominante. Por ello, fueron las influencias continentales fueron llamadas a dar forma a la nueva afirmación de la intelectualidad española -influencias que recurrían al simbolismo de Rubén Darío mientras abrazaban la subjetividad de la concepción temporal de Bergson, todo ello combinado con el pesimismo trascendental de Schopenhauer y Kierkegaard.

El poeta del pueblo

La primera colección de poemas de Machado fue publicada en 1903, en medio de la complicada atmósfera descrita anteriormente, bajo el nombre de Soledades. Profundamente personal y lírica, su obra buscaría incansablemente las raíces de la tradición española, excavando cada vez más profundamente el acervo popular de la España andaluza, y alejándose de la vanidad de la vida en la capital.
Otras publicaciones vinieron en 1907 (Soledades. Galerías. Otros Poemas) y en 1912 (Campos de Castilla), con juegos de poemas adicionales que contribuían a crear un compendio integrado de su obra, lo que era visto por muchos intelectuales españoles como el logro definitivo de una vida dedicada a la literatura (Luis Cernuda y Juan Ramón Jiménez sólo son dos ejemplos de autores que perseguían integrar toda su obra poética en un solo volumen).
Antonio Machado estaba en Madrid en 1936, cuando una nueva Guerra Civil estalló en España. Ésta duraría tres años, antes de establecerse el régimen fascista de Francisco Franco. Machado murió de mala salud en los últimos días de la guerra, cansado y abatido por un largo viaje a la seguridad relativa que ofrecía Francia. A pesar de no ser una baja directa causada por el conflicto, como por ejemplo García Lorca, Machado ha sido anunciado desde su muerte como una de las víctimas de la guerra de más alto perfil.

Obras destacadas de Antonio Machado

  • Soledades
  • Soledades. Galerías. Otros poemas
  • Campos de Castilla
  • Poesías completas
  • Nuevas canciones
  • Juan de Mairena

Miguel de Unamuno

Miguel de Unamuno
Miguel de Unamuno, un hombre de carácter que trabajó en la Universidad de Salamanca. Fue famoso su enfrentamiento con el General Millán Astray; mientras otros permanecían en silencio, a él se le atribuye decir “En ocasiones quedarse callado es mentir. Ganaréis porque tenéis más fuerza bruta. Pero no convenceréis. Pues para convencer hay que ser persuasivo. Y para ser persuasivo necesitaríais lo que no tenéis: razón y derecho.” - Confrontación el 12 de octubre de 1936

Biografía de Miguel de Unamuno

Miguel de Unamuno nació en la ciudad de Bilbao, al norte de España, en 1864. Se marchó a estudiar a Madrid, donde cursó Filosofía y Letras de 1880 a 1884, para ser profesor de griego. Tras obtener su doctorado comenzó a trabajar en la Universidad de Salamanca, de la que llegaría a ser rector y profesor de Historia del español. En la segunda mitad de la década de 1880, Unamuno trabajó como profesor antes de decidir trabajar por Europa. En 1891 se casó con Concha Lizárraga, con la que tuvo 9 hijos.
Cuando estaba en España se involucró mucho en la vida política y cultural de Salamanca; se convirtió en un rostro habitual en las tertulias literarias, así como en los grupos socialistas. Más adelante, en 1914, le expulsaron del puesto de rector de la universidad por motivos políticos, llevando a Miguel de Unamuno a convertirse en una especie de mártir del movimiento político liberal. Como es de suponer, fue bastante franco sobre sus opiniones y creencias, criticando el mandato del General Miguel Primo de Rivera y de los falangistas de Francisco Franco. Esto le llevó a ser exiliado en Fuerteventura en 1924, antes de decidir trasladarse a Francia.
Tras la caída de la dictadura de Primo de Rivera, Unamuno comienza a involucrarse en la política republicana, y vuelve a Salamanca para proclamarla ciudad libre de la dictadura, y le es restaurado el puesto de rector en la Universidad de Salamanca en 1935. La Guerra Civil española comienza el año siguiente, y en un principio Unamuno apoya a los rebeldes. Sin embargo, cuando aquellos con los que simpatiza comienzan a apresar a muchos de sus amigos para matarles o encerrarles, se arrepiente rápidamente de su decisión, e intenta -sin éxito- hablar con el dictador para ayudar a sus amigos.
Más adelante, Miguel de Unamuno declara que ya no apoya el régimen fascista y la dictadura de franco, por lo que le vuelven a retirar el cargo de rector y sufre un arresto domiciliario desde octubre de 1936 hasta su muerte en diciembre de ese mismo año a los 72 años.

Estilo y obras

A Unamuno le gustaba llevar al límite sus habilidades. así como las fronteras literarias, y siempre se propuso ser el mejor en todo lo que hacía y escribía. Cada vez que escribía una obra, quería que fuese la mejor. Por lo tanto sus obras de teatro debían ser las mejores obras expresionistas del momento, sus nivolas un género más prestigioso que las novelas, sus ensayos muy personales, y su poesía insuperable. Sin embargo, a veces se daba el caso de que el hombre hacía sombra a su obra. Por ejemplo, muchos de sus contemporáneos no eran muy devotos de su obra, en especial de su poesía, pero admitían que tenía una personalidad única e interesante.
En términos de estilo literario, sus característica más marcada es que intentaba escribir de una forma que imitase el lenguaje hablado. Aunque no le gustaba echar mano de la retórica, Miguel de Unamuno tenía una sintaxis rica y elaborada con un gran mezcla de vocabulario que iba desde el registro elevado y prestigioso a palabras y frases del lenguaje diario. Los críticos suelen comentar que su estilo literario era el resultado de que hablase castellano como segunda lengua, pues el idioma de su madre era el vasco. Su uso de las palabras es por esto un poco extraño y misterioso para un hablante nativo de español.
Tenía un amplio abanico de habilidades, pero era más conocido por sus novelas que por su poesía. Una obra destacada es Del sentimiento trágico de la vida en los hombres y en los pueblos. Otras piezas interesantes incluyen Amor y Pedagogía, y Abel Sánchez: una Historia de Pasión (la historia de Caín y Abel, los hijos de Adán y Eva), que narra el primer asesinato de la historia y es una lectura muy interesante.

Obras destacadas de Unamuno

  • Del sentimiento trágico de la vida en los hombres y en los pueblos
  • Amor y pedagogía
  • San Manuel Bueno, mártir
  • Abel Sánchez: una historia de pasión
  • El Cristo de Velázquez

Generación del 27

Generación del 27
La Generación del 27 es el nombre que recibió el grupo de importantes artistas de vanguardia quienes, con su trabajo conjunto, expresaron una actitud que animaba una forma desenfadada de expresionismo. Aunque considerados un gran grupo, la Generación del 27 estaba en realidad atomizada en pequeños subgrupos, cada uno de ellos fomentando un estilo particular, dependiendo de los artistas implicados. Por ejemplo, Salvador Dalí se centró en el surrealismo y se deleitaba provocando y escandalizando a la clase burguesa.
Saltaron a la palestra en el año 1927, a través del tributo organizado con motivo del aniversario de los 300 años de la muerte de Luis de Góngora, la “Generación” nunca estuvo realmente unificada en un grupo homogéneo. En su lugar, las diferentes posturas dentro del grupo, en ocasiones contradictorias, tenían que ver entre sí en su intención de romper con los patrones de la tradición y forjar nuevas tendencias que explorasen la realidad de manera creativa.
Puede parecer irónico que el vigor y la audacia necesarias para abrir nuevos caminos creativos fuesen inspirados a través de la celebración de un poeta del Siglo de Oro literario español. No obstante, no fueron sólo los resultados extremos que se derivaron de la experimentación de Góngora con el lenguaje los que impulsaron las distintas propuestas de artistas y escritores de la época, sino también el fuerte contraste que la casi olvidada figura de Góngora creaba contra el telón de fondo de un establishment predominantemente realista, a ojos del cual el culteranismo de Góngora no estaba bien visto.
En este sentido, la ruptura formulada por la Generación del 27 no era necesariamente con el pasado (al menos, el más remoto), sino con la estética dominante de la época, la cual convocaba a su vez una tradición propia como demostración de la valía y el mérito de la visión realista del mundo. Sin apartar la vista de la realidad y sin distanciarse del pasado, los artistas españoles de vanguardia de la Generación del 27 buscaban mirar a la misma realidad pero bajo una luz distinta, desde otro punto de vista y con otra perspectiva.

Salto generacional

La Generación del 27 se ha visto reducida habitualmente a los diez miembros que participaron en el simposio de Sevilla que celebraba el tercer centenario de la muerte de Luis de Góngora. Mientras que en términos literarios la lista puede resultar útil (aunque evidentemente incompleta), la extensión del grupo abarca mucho más allá, incluyendo a artistas plásticos y visuales como Luis Buñuel o Salvador Dalí, ambos con fuertes vínculos con algunos de los miembros del grupo. Como es de esperar, esto resultó en una gran diversidad de puntos de vista, así como de edades, que fue una constante entre los miembros de la Generación.
De forma similar, la Generación del 27 estaba, conceptualmente, a años luz de los generalmente sombríos y lúgubres pensamientos que caracterizaron la obra de algunos de los miembros de la Generación precedente, la del 98. Sin embargo, y a pesar de sus diferencias estéticas y sus visiones del mundo radicalmente distintas, los miembros de la Generación del 27 sentían un tremendo respeto por sus predecesores. Esto se explica por las circunstancias conjuntas que ayudaron a la difusión de ambos grupos, que tenían en común la animosidad contra una aceptación pasiva e incondicional del discurso dominante.
Un trampolín en la evolución conceptual que llevó de la Generación del 98 a la Generación del 27 se conoce como la Generación del 14, que en España no designa a la “generación perdida” de jóvenes hombres enrolados en la Primera Guerra Mundial, sino a un grupo de intelectuales con ideas liberales, pero racionalistas, que simpatizaban con la Generación del 98 sin asumir sus postulados necesariamente. Entre los miembros de esta “Generación” destaca José Ortega y Gasset como el principal teórico de su tiempo, mientras que Ramón Gómez de la Serna y, especialmente, Juan Ramón Jiménez estaban muy próximos a los miembros de la Generación del 27, entre los que Federico García Lorca era el enlace perfecto entre los dos movimientos.

¿Quién forma parte de la Generación del 27?

Los artistas buscaban aportar una vía de escape a la gente que estaba sufriendo calamidades durante los tumultuosos años que precedieron al estallido de la Guerra Civil, alejándose del discurso dominante. Por desgracia, a los intelectuales en general, y en particular a aquellos que pertenecían a la Generación del 27, no les fue bien durante la guerra, como quedó cruelmente demostrado con la ejecución de Federico García Lorca. Tan sólo unos días después de estallar el conflicto fue secuestrado y asesinado, y nunca más se supo de él ni de sus restos. Otros miembros tuvieron que enfrentarse a un final prematuro que causó un golpe de efecto para todos aquellos involucrados en el grupo.
En conjunto, la obra literaria de la Generación se encuadra dentro de la poesía. Sin embargo, mucha de la poesía producida durante sus últimos años se alejó de la perfección formal, para ir introduciendo regularmente la música en sus trabajos. Evidentemente, esto es una generalización sobre el conjunto de obras producidas por este grupo. Una mirada más de cerca a la obra de cada uno de estos poetas revela el nivel al que exploraron los distintos, y a veces contradictorios, caminos escogidos por ellos. Los diez miembros originales de la Generación del 27 eran:
  • Jorge Guillén
  • Pedro Salinas
  • Rafael Alberti
  • Federico García Lorca
  • Dámaso Alonso
  • Gerado Diego
  • Luis Cernuda
  • Vicente Aleixandre
  • Manuel Altolaguirre
  • Emilio Prados
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